Esta tarde después de una larga conversación con un grupo de amigos me paso a revisar la actualidad con la lectura de una serie de informaciones y artículos periódisticos, lo que hace que me detenga en uno sobre la tradición de la intolerancia en España.
Las acertadas consideraciones del articulista y escritor Javier Cercas, traen a mi memoria la historia de Cayetano y el devenir que ha dejado como herencia el tipo de sociedad en la que hoy nos toca vivir.
Cayetano Ripoll era Maestro en Ruzafa, un pueblo de Valencia. Se había enfrentado a los franceses cuando invadieron España y prisionero pasó varios años en el país vecino. Allí conoció las ideas de la Ilustración, la libertad de pensamiento y los libros de los más ilustres pensadores como Voltaire, Rousseau o Montesquieu. En su trabajo diario educaba a los alumnos conjugando la fe y la razón. Por eso fue denunciado ante el Tribunal de la Inquisición (Junta de Fe) por liberal.
En el proceso, al que no se le permitió asistir, fue objeto de varias acusaciones como las de no ir a misa, no enseñar el catecismo, rezar a Dios y no a la Virgen María y fue condenado a muerte. La Junta de Fe llevó a Ripoll al patíbulo en la primavera de 1826 con el respaldo del Ministro de Justicia Francisco Tadeo Calomarde. Dado los tiempos que corrían se ejecutó la sentencia en la horca y no en la hoguera como era tradicional, siendo representada ésta por un barril con unas llamas pintadas en el que se introdujo su cuerpo para ser luego incinerado en el edificio de la Inquisición.
Cayetano Ripoll fue la última víctima del Santo Oficio y su muerte causó un gran impacto en Europa ayudando a engrandecer la Leyenda Negra.
La Inquisición: Diego Rivera |
La Inquisición Española es tan antigua como el Estado, siendo creada por los Reyes Católicos en 1478. Durante casi 400 años, salvo cortos periodos propiciados por los gobiernos liberales, instauró un régimen de terror y control del pensamiento con miles de víctimas quemadas en las plazas públicas en los solemnes Autos de Fe en los que participaban los ciudadanos escupiendo, insultando y arrojando toda clase de objetos a los reos que, disfrazados con el sambenito y el capirote, eran luego sacrificados en la hoguera. Sus chillidos traladaban los cerebros de los asistentes que quedaban así inmunizados ante cualquier veleidad renovadora.
El Santo Oficio ha sido una medida muy eficiente para el control del pensamiento. Ya en 1502 mediante una Pragmática los Reyes Católicos establecen un control sobre la entrada de libros y las publicaciones quedan supeditadas a la concesión de licencias. A partir del primer Índice de Libros Prohibidos en España (1551) los más insignes escritores quedan excluidos: Bocaccio, Dante, Luis Vives, Voltaire, Rousseau … y condenados a muerte todos aquellos que osaran leerlos.
Aunque la Inquisición fue abolida el 15 de julio de 1835, de nuevo la unión de la Cruz y la espada cien años después (La Cruzada), además de cientos de miles de exiliados, ha poblado de tumbas los cementerios, carreteras y bosques de España y muchos cuerpos enterrados a lo largo y ancho del país siguen sin ser localizados salvo los recuperados por la ARMH.
"La intransigencia en España sigue presente en nuestra sociedad y por tanto en muchas instituciones. Nuestra fastuosa tradición de intolerancia se manifiesta a diario y sin tolerancia no hay civilización, ni libertad ni democracia, porque la democracia es sólo la manifestación política de la tolerancia. La libertad y la civilización no se aprenden en 40 años".