La
idea que tenemos de las cosas depende del lugar desde donde se miren. Por eso la propaganda presenta siempre la cara más conveniente
de la moneda. El hijo de un
comerciante vecino le preguntaba un día cuantos gramos tenía un
kilo y constestó de inmediato: Depende, para el tendero
novecientos y para el cliente mil cien !
Si miramos el edificio de la fotografía desde tierra veremos una
casa de una sola planta, en consonancia quizá con el entorno y
medida la distancia en vertical, cuela. Uno más de tantos que ocupan
parte de la superficie de Gran Canaria. Ahora bien, si lo observas desde
el mar el panorama cambia, se transforma en lo que se ve, como un
lego colocado en los terrenos de Neptuno, del Estado, o de todos,
que más da. Pero ahí queda, con toda la chulería.
En esos días, a la señora Josefa Hernández que vive en
Fuerteventura, casi al lado, la habían encerrado en prisión
porque tuvo la osadía de ampliar la casa de su familia en una zona
que al parecer también, lo mismo que la costa, está protegida. Ha
sido necesario el apoyo de miles de personas que han elevado su voz
en las instituciones, los periódicos y las televisiones para que la
pobre mujer haya podido regresar de nuevo con su familia.
Es la otra cara de la moneda.
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