Los poetas somos viento
del pueblo; nacemos para pasar soplando a través de sus poros y
conducir sus ojos y sus sentimientos hacia las cumbres más hermosas
.
(Miguel Hernández)
Un 28 de marzo moría
en la cárcel de Alicante el poeta Miguel Hernández. Hace algo más de cuarenta que se ha editado el LP con sus poemas más populares envueltos en las hermosas melodías de Joan Manuel Serrat. Se
escuchaba en los lugares públicos, en las emisoras de radio y en las reuniones de amigos siendo en poco tiempo un éxito de ventas. En la actualidad está editado en formato digital. Así se popularizaron sus poemas, como la
tabla de multiplicar, que decían que con música se grababa para
siempre.
Por eso aún se cantan en lugar
de recitarlos: El niño yuntero: Carne de yugo ha
nacido/ más humillado que bello..., Canción para la libertad,
Vientos del pueblo o El romancillo de mayo. Miguel
Hernández, pastor de cabras, se hizo poeta en contacto con la
Naturaleza.
Lo más importante de
un poeta es su obra, pero su vida fue un compromiso con los suyos,
por eso lo dejaron morir de tuberculosis, en la cárcel, a las 5,30
de la mañana del 28 de marzo de 1942,con 31 años. Dicen que no
pudieron cerrarle los ojos y a eso Vicente Aleixandre le dedicó un
poema.
Miguel Hernández
había recibido una carta de su mujer, Josefina Manresa, en la que le
contaba que no tenía para comer más que pan y cebollas y le
dedicó a su bebé el poema Las nanas de la cebolla :
En la cuna del hambre
mi niño estaba,
con sangre de cebolla
se amamantaba..
…...
Vuela niño en la doble
luna del pecho;
él triste de cebolla,
tú satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.
Aunque comenzó
siendo un poeta costumbrista, pasó a ser un poeta social,
comprometido con la defensa de los más débiles, porque a pesar de
haber estado en contacto con figuras importantes del mundo de las Letras
nunca olvidó sus orígenes y siempre se consideró un hombre del
pueblo. Es una de las figuras más relevantes de las Literatura
Española.